La perspectiva o de cómo un finde se pasa de puta madre

A veces, uno pierde un poco la perspectiva...

Y a veces, sólo a veces, la perspectiva toma la forma de un cuervo que vuelve del más allá para encontrarte y recordarte que la perdiste, porque uno no siempre es consciente de haberla perdido....aunque eso sólo pasa en las películas....

Otras veces, las más, la perspectiva vuelve convertida en una historia sobre setas alucinógenas, en una ración de croquetas y otra de chopitos, en un balón de rugby llamado Gilbert, en un azulejo en el que pone "Aquí vive un torero" y que no basta para resumir 94 años de vida, en una pinta de cerveza, o en cinco, en un puente romano que está ahí mismo, en un tío que es el más inquieto sin duda, en el hijo de Víctor que no estaba muerto ni en Rusia, estaba de parranda, en unas palmeras de chocolate míticas que reinan en el país de las perrunillas y las pastas de piñones, en unas espinilleras de varillas que son las mejores, en una baraja de cartas que se estrena, en una quemadura superficial causada por un animal mitológico y por tanto, imaginario, pero lo suficientemente real para haberte tiznado los vaqueros nuevos sólo porque querías ponerte en lo que nosotros llamamos "el peor sitio" porque ése es el sitio en el que tú te pones desde la primera vez que te dejaron ir a perseguir al animal mitológico.

O puede que la perspectiva nunca desaparezca del todo, que solamente se oculte lo suficientemente bien para que parezca que no está; aunque en realidad, sigue esperándote ahí, detrás de un bar con la música demasiado alta en el que se han acabado las cervezas de tercio tío, que quieres que te diga...

En realidad ahora lo veo un poco más claro, la manera más fácil de recuperar la perspectiva es ir a buscarla a un sitio bonito, como un pueblo perdido en la sierra de Gredos y que algún colega te recuerde donde la guardaste, o se chive y te indique dónde debes ir a buscarla, aunque nunca lo diga con esas palabras sino con otras muy distintas en las que, en realidad te está contando alguna otra cosa, como aquella vez en san alberto que...pero bueno, eso siempre será otra historia...

Por cierto, no se si lo sabíais, pero recuperar la perspectiva siempre es divertido, mucho más de lo que yo puedo explicar con palabras y además, cuando uno se da cuenta de que la ha recuperado, puede que esté cansado, pero seguro que se encuentra de puta madre....